¿QUÉ ES EL SUELO LAMINADO?
El suelo laminado está compuesto de varias capas, normalmente de derivados de la madera, siendo la última capa un compuesto sintético que puede variar de composición, pero que generalmente es un compuesto de resinas de melamina a alta presión, que lleva impreso un dibujo imitando con minucioso realismo materiales como la madera o incluso otros materiales (mármol, cerámica, etc.)
Se pueden encontrar diferentes texturas. Algunas de estética rústica con relieves marcados y porosos. Otros sincronizados que reproducen con fidelidad la veta de la madera en cada lama.
Cada vez es más utilizado para revestir la superficie de los hogares aportando gracias a sus características estéticas y de durabilidad.
¿COMO ESTÁ HECHO EL SUELO LAMINADO?
El estándar de calidad más apropiado hace que la composición básica de elementos sea la siguiente:
1- La capa más superficial es denominada Overlay. El Overlay es papel de celulosa prácticamente transparente y colindón (partículas de mineral de extraordinaria pureza) que transfieren al material propiedades de protección y resistencia al desgaste.
2- Papel decorativo: es la parte estética, la ‘fotografía’ del material a emular. El abanico de posibilidades es realmente amplio y su fidelidad muy impactante visualmente. Este papel es impregnado de resinas y prensado a la capa anterior de HDF.
3- La capa central es el HDF hidrófugo o tablero de alta densidad. Está compuesto de madera aglutinada con resinas sintéticas prensadas a alta presión hasta alcanzar una vasta densidad. El objetivo es lograr una sólida estabilidad frente a arqueamientos o deformidades y proporcionar una resistencia total a la humedad.
4- Kraft o papel contrabalance: esta capa forma la base del suelo laminado y tiene una gran importancia. Su función compensadora asegura un balance preciso para conseguir la planitud de las piezas y sella la cara inferior del soporte de HDF para protegerlo de la humedad y otras adversidades.
Este sistema de fabricado hace que el suelo laminado sea muy resistente al desgaste, de gran estabilidad y muy duradero.
ASPECTOS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA A LA HORA DE ELEGIR UN SUELO LAMINADO.
Clasificación de dureza: Según la normativa UNE-EN 13329, los suelos laminados se clasificarían en AC3, AC4, AC5 y AC6. Cuanto mayor sea el valor, más resistente será el suelo.
Clase de uso. En función de la clase de uso se dividen en las siguientes categorías. Residencial o comercial.
USO RESIDENCIAL
AC1 (Clase 21): Tráfico a pie muy ligero; dormitorios
AC2 (Clase 22): Áreas de tráfico a pie moderado con bajo desgaste, como comedores
AC3 (Clase 23/31): Salones, salones-comedor, pasillos… con tráfico moderado
USO COMERCIAL
AC4 (Clase 32): Cualquier espacio doméstico o comercial con un tráfico normal, como oficinas, cafeterías, salones y tiendas de moda, o espacios residenciales.
AC5 (Clase 33): Áreas transitadas que precisan resistencia a un tráfico pesado, como tiendas, salas de exposiciones, restaurantes y escuelas.
AC6 (Clase 34): Áreas con un tráfico muy intenso, como supermercados, terminales de aeropuertos y edificios gubernamentales de atención al público.
Sistema de anclaje entre piezas o «clic». Cuando hablamos de anclaje nos referimos a la manera en que unas piezas se unen con las otras. Normalmente es sin cola y, el mejor y más prestigioso es el de Unilin que, aparte de Quick Step, emplean otras marcas que pagan la patente al primero. También existen otros tipos de anclajes, de los cuales los que más calidad poseen son los de los suecos de Välinge, llamados 2G y, sobretodo, el 5G con una lengüeta de fibra de vidrio en la parte más corta o testa; que resulta muy rápido de instalar.
Grosor. Cuanto mayor, más resistente. Lo estándar y suficiente está siendo 8mm, si bien existen de 7,9, 9.5, 10, 12mm…etc.